lunes, 5 de junio de 2017

EVALUACIÓN INTERNA DE MI CENTRO

En cuanto al estado general del edificio, hay que considerar que el 37,2 % de quienes han respondido el formulario (entre alumnado de los primeros niveles de la ESO, Bachillerato, así como profesorado) estiman que, en una escala de 1 a 10, se encuentra en un 7 de notable conservación. Eso a pesar de que es un centro con más de cincuenta años de historia. Posiblemente tengan que ver en esa apreciación las sucesivas y oportunas reformas que se han realizado, especialmente en los últimos años, tanto en pasillos como en puertas, ventanas, conducciones... No obstante, el centro plantea problemas estructurales en la cubierta del edificio que no se aprecian a simple vista, excepto cuando se producen lluvias persistentes. Durante este curso no se han producido, por eso, no se aprecian en las respuestas de este cuestionario.



En cuanto al estado de limpieza del centro nos encontramos idénticos resultados (37% con un 7 de valoración). A esto contribuye, al ser un centro tan grande, la interesante labor que realizan tanto el personal de limpieza del centro como las patrullas verdes de alumnado que se coordinan desde el programa de Ecoescuelas. Intervienen en recreos, tutorías y guardias, especialmente en el reciclado de la basura que genera un centro con una comunidad educativa de más de 1100 personas. No obstante, hay un significativo porcentaje del 11,6 % que percibe la limpieza habitual en grado de 4 o menos sobre 10. Sin embargo, los aseos, especialmente de los alumnos, reciben una valoración bastante negativa ya que un 51,3 % de los encuestados valoran por debajo de 5 su estado.

En cuanto a la accesibilidad del edificio, a pesar de haber superado el cincuentenario, un 65,1 %  lo percibe como muy accesible (con una gradación entre 8 y 10). El 79,7 % percibe que básicamente se han eliminado las barreras arquitectónicas ya que el acceso desde la entrada es con un ligero desnivel y en cada ala hay un montacargas de acceso a las distintas plantas.



El estado de las aulas de clase se considera razonable pero no excesivamente bueno ya que tanto la luminosidad, la temperatura, la ventilación, así como su equipamiento (puertas, ventanas, persianas, instalaciones eléctricas, iluminación...) se valoran mayoritariamente entre un 5 y un 6.




Por lo que respecta, sin embargo, a los grandes espacios del centro (salón de actos, biblioteca, patio), hay un percepción bastante positiva de su naturaleza, tamaño y estado. El 80% valora muy positivamente el patio (entre 7 y 10); el 78,1 % la biblioteca y el 72 % el salón de actos. La biblioteca también recibe una notable valoración en cuanto a la dotación de material y la organización para su uso.

Las aulas específicas (de Educación Física, Música, Informáticas), así como los talleres y laboratorios también tienen una valoración positiva ya que en los últimos cursos han gozado de reformas, nuevas ubicaciones y acopio de nuevo material.

En cuanto a los servicios generales como secretaría, conserjería, sala de visitas, cantina...hay que resaltar que su ubicación casi laberíntica para los usuarios (alumnado y familias, fundamentalmente) dificulta una valoración holgadamente positiva. Sería bueno, en este sentido, repensar la zona administrativa para que tuviera un mejor acceso, especialmente para familia y alumnado.

Los aspectos peor considerados en este formulario, como no podía ser de otro modo, tienen que ver con la dotación y uso de recursos informáticos, así como fotocopiadoras y multicopistas. Los medios son pocos, en ocasiones obsoletos, y con una obsolescencia que está provocando que, por ejemplo, durante este curso empiecen a fallar de forma preocupante altavoces y proyectores. Aun así, el grueso de las incidencias y las quejas se lo lleva la conexión a internet y el ancho de banda.


Todo ello provoca que el acceso y el uso de los medios informáticos por parte del alumnado sea bastante mejorable en nuestro centro. Por eso, se provoca un efecto perverso a partir del cual el profesorado, que en muchas ocasiones ha de tener para sus clases un plan B, sortea las TIC (en algunas clases con excelentes medios digitales como las pizarras digitales) ya que con mucha frecuencia la conexión ralentiza o impide las tareas programadas. Con ello, se potencia el desapaego del profesorado renuente con el uso metodológico de las TIC.

En conclusión, a pesar del tiempo del centro, hemos de notar que está en un razonable estado de conservación, debido a las variadas reformas que se han ido haciendo. Se valora positivamente tanto la accesibilidad como la limpieza y los espacios comunes. No tanto las aulas de clase. Pero lo que peor valoración tiene y más se demanda por parte de la comunidad educativa es la equipación y el acceso a los medios digitales, sobre todo lo que atañe al ancho de bando y la conexión a Internet.



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